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viernes, 22 de julio de 2011

Historia y leyenda del gusano de seda

El gusano de seda (Bombyx mori) originario de China, es el único insecto completamente domesticado que existe. Según la tradición china, la seda se descubrió en el año 2640 a. C., en el jardín del emperador Huang Ti.

De acuerdo con la leyenda, Huang Ti pidió a su esposa Xi Lingshi que averiguara qué estaba acabando con sus plantas de morera. La mujer descubrió que eran unos gusanos blancos que producían capullos brillantes. Al dejar caer accidentalmente un capullo en agua tibia, Xi Lingshi advirtió que podía descomponerlo en un Fino filamento y enrollar éste en un carrete. Había descubierto la seda, secreto que mantuvieron bien guardado los chinos durante los siguientes 2000 años. La ley imperial decretó que todo aquel que lo revelara sería torturado hasta morir.

La cría del gusano de seda para la obtención de las seda recibe el nombre de sericicultura. Las hojas de morera son el alimento para su corta vida y les aporta el almidón que transforman en una hebra, que puede alcanzar los 1 500 metros de longitud en cada capullo. Sin embargo, 500 metros de hebra apenas alcanzan a pesar 130 miligramos de seda; por lo que cada metro, convertido en miligramo, resulta ser sumamente caro en valor monetario y en esfuerzo.

Los gusanos de seda se crían en la primavera, cuando los huevecillos de la temporada anterior, que han sido guardados en un lugar fresco, se incuban tan pronto como brotan las hojas de las moreras.

Durante unas semanas de intensa actividad, los gusanos comen hojas continuamente llegando a aumentar su peso 10.000 veces.

Los primeros emperadores ordenaron la propagación de esta actividad y, a menudo, dictaban decretos y órdenes para proteger y recordar a la corte sus obligaciones y atenciones con la sericicultura. Durante muchos años, los chinos lograron conservar el secreto de la producción de la seda por medio de medidas sumamente drásticas, aplicaban hasta la pena de muerte a quien se atreviera a sacar de su territorio huevecillos, gusanos o mariposas de la especie.

Cuando el emperador romano Justiniano (483

565 d.C.) tuvo la idea de enviar a monjes para predicar el cristianismo por oriente, en el año 550 d.C. conocieron los procedimientos para la crianza del gusano y la producción de la seda. Los monjes introdujeron semillas de morera y huevecillos del gusano de seda en el hueco de sus bastones de bambú, logrando así burlar la vigilancia sobre esta especie y sacarla hacia su territorio. De Grecia la sericicultura se extendió a los países de Asia y África del Norte; más tarde llegó a Europa, donde Italia, Francia y España, obtuvieron excelentes resultados, y a quienes se les reconoce, hasta la fecha la finura de sus sedas.

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